martes, 23 de noviembre de 2010

Kali Yuga

Arjuna es el nombre del agente de Talamasca que abarca el importante caso que roba la atención del mundo y sobre todo, de las sociedades secretas en la actualidad.
Nibiru se asoma y muestra su cuerpo estelar. El velo a caído desnudando la verdad que durante milenios oculta permaneció para los mortales ingenuos y ciegos.
Las creencias de cada humano se desmoronan agresivamente, las masas que jamás recuperaron el control sobre sus mentes domadas desaparecen con el paso de las horas y regresan al vacio.
La tierra cambia recreando horror en su fatídica sacudida anticipada eones atrás por mentes que dejaron rastro de su brillante vínculo en cada rincón insospechado de la cuna de la raza aria.
Dentro del cataclismo y las frustraciones que este ha traído consigo, Arjuna conserva la calma mientras observa la recién nacida verdad cuyo estandarte es el final y el inicio del nuevo período que vuela los sesos de los conservadores y fanáticos del orbe.
Han pasado tres días desde lo que últimamente se conoce como “el arribo”. No hay rastro alguno del Sol y la grisácea aura devora con velocidad fugaz cada alma que sucumbe ante las penurias que corroen los primitivos sentidos que encarcelan al verdadero ser.
-“Ahora es el momento adecuado para que Kali regrese al vórtice y devuelva la luz que arrebato de los sabios”. Arjuna recordó las palabras que un extraño viejo amigo pronuncio antes de desaparecer la primera noche, la noche del arribo.
Todo se desbarata como castillos construidos con naipes. Las señales celestiales proyectadas por el espíritu del norte se plasman en el oscuro cielo señalando augurios benevolentes para los serenos y para los creyentes que decidieron aguantar las inclemencias honorablemente. El oeste rebela el origen misterioso de la creación y responde las incógnitas que parecían indescifrables apenas días atrás. La corriente del sur acarrea los sueños perdidos y olvidados. A todos aquellos que de pie quedaron, se les recordó el sentido de la vida. El respiro del este revive la promesa del nuevo Sol tan pronto la sangre deje de correr y las almas gemelas se encuentren en este largo periplo que aceptaron cursar a solas.
Arjuna no quería ni podía ver un apocalíptico desenlace en donde solo existen retoños de luz que se adueñan del destino elegido por la verdadera unión.
Es domingo según el calendario gregoriano que ya inútilmente intenta recordar su riguroso recuento del tiempo.
Es domingo y ya no hay un día soleado que disfrutar con la familia y los amigos. Ya no hay familia ni amigos para disfrutar de un día soleado.
Acomodando sus gafas con el dedo índice, Arjuna mira hacia arriba y codifica las señales que fueron entregadas por Melek Taus con el propósito de otorgar una breve y bien elaborada reseña a Talamasca… Y para llevar a cabo sus propios cometidos que con cautela reserva para si.
La investigación apenas comienza, si tan solo hubiera algo o alguien para distraerlo aunque sea un poco… Cosa que es tan improbable como la victoria que Roma pretendía concretar.
Domingo, ya a nadie le importa.
Ya no hay nadie.

No hay comentarios: