miércoles, 24 de noviembre de 2010

Polarstern

Entre Alshain y Pi Leo se encuentra a cuatrocientos treinta años luz la misteriosa estrella cefeida que durante siglos a sido el punto de referencia utilizado por cada peregrino que firmemente decide encontrarse cara a cara con el espíritu del norte.
Polaris, la milenaria reina septentrional llama a sus hombres nuevamente.
Errai vislumbraba entre sueños vívidos un extraño pasaje etéreo que conducía hacia tierras remotas jamás ideadas por los mortales al observar el cielo nocturno desde la solidez del suelo terrestre que poco a poco se despedía de los efectos gravitatorios predominantes.
Al extender su brazo hacia el firmamento sintió una escurridiza fuerza que rodeaba sus dedos, posteriormente su mano y por ultimo su brazo. Una vez sujeto, logro ser elevado con ligereza hacia el firmamento, hacia lo inmaterial.
Despabilándose del efecto placentero que el asenso causaba miro hacia abajo y logro contemplar su propia mirada perdida y sin vida que estática enfocaba hacia las alturas mientras su cuerpo inmóvil permanecía de pie, extrañando el aliento vivaz que alguna vez le impulso.
-Es la estrella polar quien te espera… Es la estrella polar por quien esperas. Errai reconoció la voz cálida con rapidez. Se vaciaba para llenarse nuevamente de aquello que siempre fue mientras contemplaba nostálgicamente un misterioso sitio familiar. Se olvido de mirar hacia abajo, las nebulosas impedían la observación del panorama universal. Nada había ya. Un haz de luz acaricio su alma y le ofreció una agradable bienvenida fraternal.
-Bienvenido a casa, onceavo descendiente de Sirio. La libertad esta ante tus pies. La voz atravesó los pensamientos de Errai. Era lo único que su nueva conciencia atesoraba, todo lo demás había sido abandonado para aprender a recordar.
La forma de experimentar había cambiado radical e intensamente. Todo ofrecía una tibieza inhumana, todo parecía danzar al ritmo de la dorada eternidad que generosa tendía su mano a cualquiera que encontrara las nuevas regiones mentales del ser.
Polaris, la milenaria reina septentrional llama a sus hombres nuevamente… Y nunca se equivoca, pues una madre jamás olvida el rostro de sus hijos. No importa cuantos nombres hayan tenido, no importa cuantos años o vidas hallan pasado.
Entre Alshain y Pi Leo se encuentra a cuatrocientos treinta años luz la misteriosa estrella cefeida que durante siglos a sido el punto de referencia utilizado por cada peregrino que firmemente decide regresar a casa.

martes, 23 de noviembre de 2010

Kali Yuga

Arjuna es el nombre del agente de Talamasca que abarca el importante caso que roba la atención del mundo y sobre todo, de las sociedades secretas en la actualidad.
Nibiru se asoma y muestra su cuerpo estelar. El velo a caído desnudando la verdad que durante milenios oculta permaneció para los mortales ingenuos y ciegos.
Las creencias de cada humano se desmoronan agresivamente, las masas que jamás recuperaron el control sobre sus mentes domadas desaparecen con el paso de las horas y regresan al vacio.
La tierra cambia recreando horror en su fatídica sacudida anticipada eones atrás por mentes que dejaron rastro de su brillante vínculo en cada rincón insospechado de la cuna de la raza aria.
Dentro del cataclismo y las frustraciones que este ha traído consigo, Arjuna conserva la calma mientras observa la recién nacida verdad cuyo estandarte es el final y el inicio del nuevo período que vuela los sesos de los conservadores y fanáticos del orbe.
Han pasado tres días desde lo que últimamente se conoce como “el arribo”. No hay rastro alguno del Sol y la grisácea aura devora con velocidad fugaz cada alma que sucumbe ante las penurias que corroen los primitivos sentidos que encarcelan al verdadero ser.
-“Ahora es el momento adecuado para que Kali regrese al vórtice y devuelva la luz que arrebato de los sabios”. Arjuna recordó las palabras que un extraño viejo amigo pronuncio antes de desaparecer la primera noche, la noche del arribo.
Todo se desbarata como castillos construidos con naipes. Las señales celestiales proyectadas por el espíritu del norte se plasman en el oscuro cielo señalando augurios benevolentes para los serenos y para los creyentes que decidieron aguantar las inclemencias honorablemente. El oeste rebela el origen misterioso de la creación y responde las incógnitas que parecían indescifrables apenas días atrás. La corriente del sur acarrea los sueños perdidos y olvidados. A todos aquellos que de pie quedaron, se les recordó el sentido de la vida. El respiro del este revive la promesa del nuevo Sol tan pronto la sangre deje de correr y las almas gemelas se encuentren en este largo periplo que aceptaron cursar a solas.
Arjuna no quería ni podía ver un apocalíptico desenlace en donde solo existen retoños de luz que se adueñan del destino elegido por la verdadera unión.
Es domingo según el calendario gregoriano que ya inútilmente intenta recordar su riguroso recuento del tiempo.
Es domingo y ya no hay un día soleado que disfrutar con la familia y los amigos. Ya no hay familia ni amigos para disfrutar de un día soleado.
Acomodando sus gafas con el dedo índice, Arjuna mira hacia arriba y codifica las señales que fueron entregadas por Melek Taus con el propósito de otorgar una breve y bien elaborada reseña a Talamasca… Y para llevar a cabo sus propios cometidos que con cautela reserva para si.
La investigación apenas comienza, si tan solo hubiera algo o alguien para distraerlo aunque sea un poco… Cosa que es tan improbable como la victoria que Roma pretendía concretar.
Domingo, ya a nadie le importa.
Ya no hay nadie.

Ouroboros

Las lunas de Alcione iluminaban mi piel celeste hace no mucho tiempo y ahora… Conversando con el viento del norte me encuentro en un desierto lejano, en un desierto sideral.
Pocos recuerdos tengo ya…
Día ciento once, onceavo sello, decimoprimer símbolo acompaña mi nombre. Nacido bajo la penumbra de la penúltima hora, la hora más oscura… La hora de más Luz. Aquí estoy, llévame ahora.
Las estrellas poseen un extraño fulgor al ser contempladas desde esta plataforma perdida en el cosmos, desde este gran barco galáctico que posee ningún rumbo en realidad. Aquí estoy, ¿Qué quieres de mí ahora? Nada… Aun no ahí respuesta.
Los Tritones regresan a las profundidades, las huestes astrales danzan con los elementos y los susurros de mil amantes me llevan hasta la lluvia azul que cae lentamente cual si fuera hecha de húmedas caricias nocturnas. Aquí estoy, ¿Puedes oírme?
Frágil, frágil es la briza que me envuelve y señala el fin de los tiempos empleando el lenguaje de los antiguos, aquellos que siempre fueron, son y serán. Endeble desasosiego se desvanece en el horizonte descosido. Las centurias están por morir para el regocijo del nómada que encontró un hogar al fin. Aquí estoy, de vuelta.
La cuenta termino, Andrómeda juega en el jardín de Dios y recoge los frutos de la primavera fantasmal que jamás reconoció su final. El brillo es enceguecedor… Enceguecedor… ¡Enceguecedor! Y Aquí estoy, te puedo ver.
Perdiendo el deseo de conservar mi esencia, quiero volar. Volar para llegar, volar para fundirme contigo y volver a comenzar. La arena que acarrea la ráfaga desértica emite un destello radiante y me dice que listo estoy.
Listo para andar el camino sin fin, listo para viajar e imaginar un destino que jamás llegara.
Las lunas de Alcione alguna vez brillaron para mi, solo para mi.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mas A.M.O.R Menos R.O.M.A

Hazle caras al espejo y diviértete con ellas
Platica contigo mientras te ríes de tus locuras
Llévate una mano al rostro y sonríe por ese pensamiento absurdo
Atiende al niño interior que ignoraste años atrás
Imagina imposibles posibles y escribe la solución
Enamórate de la vida más no de la necesidad
Canta, aunque sea en voz baja pero canta
Di no cuando realmente quieras decir no
Di si cuando realmente quieras decir si
Sorpréndete todo el tiempo haciendo cosas que jamás concebiste
Sonríele a la muerte y no le hagas la tarea fácil nunca
No intentes detener a tu corazón, no podrás por más que lo intentes.
Inventa una nueva canción y vuélvela inmortal
Encuentra a tu alquimista interior para convertir la soberbia en humildad, el odio en amor y la debilidad en poder.
Embellece el idioma que hablas para endulzar a las futuras generaciones
Olvida y perdona, olvida y perdona, olvida y perdona…
Toca un instrumento y conviértete en tu propio maestro
Gira de día, gira de noche. No dejes de girar.
Si a alguien haz de vencer y superar, que sea a quien miras cuando te diviertes haciendo caras en la soledad de tu habitación
Si algo haz de sentir… que sea paz, de lo contrario tendrás que aprender a ser niño otra vez.
Que la risa no pare, la soledad esta detrás de la puerta que debes dejar de abrir.
Vive, sueña y crea.
Y lo mas importante…
Márchate de esta vida con una sonrisa.
Juntos, siempre juntos.
Juntos, siempre juntos.
Juntos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Azul, Siempre Azul

Algunos le llaman la caída del hombre. Otros simplemente ignoran que son controlados silenciosamente a través de métodos insospechados mientras pretenden seguir con sus vidas aparentemente ordinarias.
En mi caso deje de entregar mi ser a las teorías relacionadas con la conspiración o al misterioso cosmos.
Dicen que como es arriba es abajo, que todo es el reflejo perfecto de la máxima ilusión inconsistente que juega en forma de peligroso vaivén imperecedero. Dicen… Siempre dicen.
Mientras miro a las ovejas dirigirse a su tétrico reposo en campos de concentración diseñados para alimentar la paranoia y la misantropía por medios que pudren hasta lo más recóndito del alma, tomo un respiro… Y pienso. Pienso en el momento en el que pierdo el control e inconsciente me vuelvo uno más de aquellos que ciegamente son encaminados hacia el terror y la separación que promete un eterno martirio.
Uno entre millones varado en un agreste suelo mortal he olvidado el camino de regreso. Hablando un idioma indescifrable me muevo con el viento, fluyo como el agua que no posee forma alguna, que imita tan solo al molde que se atreve a contenerle hasta el punto en que el espíritu incontrolable tiende a desbordarse de manera imparable y salvaje revelando su verdadera naturaleza.
Uno entre millones, maestro del disfraz y aprendiz de la humanidad me encuentro aquí, esperando…. Esperando.
Venus… Nada de esto se parece a ti.
Ishtar, seguro aun recorres el infierno dantesco, seguro desnuda te encuentras soportando los martirios terrenales… Y yo habré de seguirte para regresar a la primavera que aceptamos abandonar mientras el invierno nos envuelve en sus celosas alas glaciares.
Algunos le llaman la caída del hombre, por otro lado…
Yo solo le llamo el regreso a casa.
Todo el mundo extraña su hogar tarde o temprano y mi caso no es la excepción, de eso estoy seguro.
Ishtar… Ishtar… No debiste…

jueves, 11 de noviembre de 2010

El Santuario

En el interior de un santuario olvidado siglos atrás se proyectan débilmente los rayos del sol a través de vitrales inmensos que se encuentran a lo largo del pasillo principal. La luz solar continúa su camino hasta encontrar un altar intacto en donde aun existen rastros de alguna ofrenda tan misteriosa como ancestral. Una ancha columna lumínica cae libremente desde un tragaluz para lograr compartir su radiante espíritu con aquel altar de los eones pasados y venideros. Atrás del sagrado tabernáculo secreto yace inerte la estatua representativa de la alabada deidad femenina del antiguo panteón babilónico. Esculpida en mármol, Ishtar mira hacia el vacio como si de esta manera lograra vislumbrar en la lejanía de su inverosímil horizonte a aquel que traerá la Luz nuevamente. Alrededor de Ishtar como en el resto del santuario, sirios que muestran inactividad indefinida esperan en la eternidad reencontrarse con la llama que les traerá de vuelta a la vida.
La flora salvaje se infiltró centurias atrás en los adentros de tan majestuoso lugar. Enredaderas milenarias que son adornadas y protegidas por espinas tan delicadas como finas y mortíferas contienen una belleza indescifrable que impiden el tacto. Se manifiestan proclamando sus deseos de libertad mientras se expanden sin recelo alguno.
En el momento que el corredor inicial del santuario ve su fin ante el altar, el camino se bifurca creando dos nuevas alternativas.
Siguiendo el corredor izquierdo, fruto de esta bifurcación, una gran biblioteca que desentraña un sinfín de obras redactadas por mentes privilegiadas que en sus tiempos maquinaron ideas revolucionaras invita a la curiosidad misma a su basta red de conocimiento.
La bóveda bibliotecaria esta compuesta por sectores debido a su inmensurable compendio. Cada sector alberga obras que comprenden de la misma materia, logrando así una organización que facilita el encuentro entre obra y estudiante.
Desde redacciones filosóficas, religiosas y políticas yuxtapuestas, ciencias exactas que despliegan hipótesis y cálculos tan avanzados como complejos hasta amplios repertorios conformado por mapas y códigos previamente descifrados por historiadores, científicos y aventureros que devanaron su ser entero en dicha empresa.
Candelabros elegantes e invaluables de dimensiones ultra normales penden de un techo adoquinado que se muestra en perfectas condiciones y esta a veinte metros de un suelo meticulosamente pulido, tan inmaculado que exterioriza un reflejo perfecto de la habitación logrando un efecto que juega con las propiedades del espacio y tiempo. Un efecto tan maravilloso e intrigante que la realidad misma sucumbe mientras se evapora su forma.
El techo es sostenido por columnas erigidas en juegos de tres. Entre las columnas del mismo juego o grupo existe una distancia de once pasos largos y entre cada juego veintidós largos pasos. Dos de las columnas de cada grupo fueron colocadas en los extremos. Cada una soporta una pared de la bóveda mientras la restante soporta la parte media de esta, estableciendo de este modo dos arcos que unen a los pilares. En el borde de cada arco, figuras de seres angelicales fueron esculpidas. La belleza plasmada en cada cincelada es tal que resulta imposible no sentir su calor inspirador al contemplar las figuras aladas. La mirada de cada uno de estos seres es en demasía profunda. Logran invertir los papeles entre observador y observado, realzando la magistral finura en la destreza del escultor talentoso que dejo su alma.
Tantos son los grupos de columnas edificadas en la bóveda que parecen sostener una cámara que carece de final alguno…
El aroma a cubiertas polvorientas, páginas amarillentas y a madera vieja vicia por completo la catedral del conocimiento, dotándola de una idónea atmosfera digna para intelectuales desprovistos de necesidades de confort y armados con una sed de estudio que sobrepasa los límites ordinarios de comprensión.
Devolviendo la atención al camino que se bifurca ante al altar, el camino derecho demanda atención. Este conduce hasta el segundo salón, el cual rebela una vereda ascendente compuesta por escaleras tapizadas con una exquisita tela color sangre. Los bordes de la tela fueron tejidos con fibras doradas, concediéndole un toque sofisticado y pretencioso que le vuelve sumamente interesante.
El muro izquierdo del nuevo corredor no fue construido con granito y cantera al igual que el resto de la estructura colosal, si no de vistosos vitrales que contienen grabados simbólicos y escenas que representan una oración. Un canto elevado a los cielos.
Conforme el camino continúa y la representación gráfica de los vitrales cambia, el haz de luz que inicialmente despejaba levemente las sombras se vuelve más intenso. El aliento siniestro desaparece al llegar ante el último vitral que muestra a Tammuz surgiendo victorioso del inframundo sosteniendo una espada que despide desde su punta una energía radiante y ascendente. Al final del corredor, un portón cuyas hojas alcanzan el techo lejano, imposibilita el avance hacia el siguiente escenario.
Las hojas parsimoniosamente se abren cual si fueran empujadas por el suspiro proveniente de una entidad superior desconocida. Entre la ranura que se forma conforme las hojas se abren se escapan cantos de espíritus silvestres, melodías dulces que calman demonios inesperados acompañadas de tenues rayos solares. Ahora el camino esta despejado.
Un jardín edénico rodeado por desquebrajados vitrales muestra su oculta existencia sin temor alguno. Especies de flores desconocidas destacan entre la flora danzante que por acompañante tiene al aliento de la creación que acostumbra fluir con el viento eterno. Dentro de los capullos se esconden las hadas que juegan en silencio.
El calor que acobija al jardín es tan dócil como paradisiaco. Los espíritus del Sol gustan del templo que ofrece.
En medio del jardín se mantiene una pequeña capilla en pie, cuya estructura esta compuesta por un material cristalino tan puro y claro como el agua.
Bello como el espíritu del Invierno que coexiste en una perfecta armonía con su antagónica hermana Primavera. Iluminada por completo gracias a su constante exposición solar, en su interior se encuentra un par de velas usadas que son sostenidas por pedestales creados con el mismo material cristalino y pulcro que sostiene la capilla. En medio de la estructura apoteósica una alfombra circular sencilla azul celeste cubre como único accesorio el piso del inmueble.
Justamente sobre esta es donde se encuentra Luciel, buscando su luz interior y las respuestas que la vida aun no le proporciona al parecer.

Camaleón

Tuve que ejercitar mi sonrisa hipócrita para satisfacer silenciosamente las ideas que no aplaudo tan solo para merecer mi estadía en este acertijo llamado vida.
Tuve que aprender a mirar directo a los ojos pérfidos del embustero para lograr imitar su contemplación frívola y penetrar en su mente antes de que penetrara en la mía.
Me vi en la necesidad de imitar el vestuario ovejuno para pretender, para engañar y enredar. Me vi en la necesidad de pregonar que me importa todo aquello que creo obsoleto con la firme intención de lograr aproximarme un poco más al corazón de la tormenta implacable llamada humanidad.
Consideré estrechar la mano de aquellos que con la misma sostienen la daga que penetra mi espalda por las noches buscando comprender y aprender a jugar el mismo juego de vez en cuando.
En este tablero repleto de personajes camaleónicos no se puede entrar con un corazón pues tendrías la derrota asegurada antes de comenzar. Es necesario saber utilizar el camuflaje, es necesario permanecer quieto, lejano… O preferentemente oculto para no mostrar tú presencia ante los impuros y así saber cuando asestar el último golpe venenoso a aquel que lo estuvo buscando inconscientemente.
Indumentaria reptiloide usaras para atravesar la nebulosa tempestad repleta de prejuicios y horror.
Indumentaria reptiloide usaras para pasar desapercibido en el tablero de juego sin jamás olvidar en realidad la propia identidad. Refleja sin ser reflejado camaleón, refleja sin ser reflejado jugador…
Solo así la brecha podrá ser atravesada, solo así lograras llegar a casa sin ensuciar tu alma.
Aprende a jugar sin tomar algo enserio… Camaleón.
Aprende a jugar sin creer en la charada.
No existe mundo virtual duradero, no existe un mundo “real” que sea eterno.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Conexión Atemporal

Orestes despertó ese día con la sensación de haber estado en otro sitio mientras dormía. Se vio a si mismo rodeado de individuos que ahora desconocía y emanaban de sus recuerdos. Personas tan cálidas como el hogar.
Miró la hora, aún era demasiado temprano pero decidió levantarse para encontrar de inmediato algo en que ocuparse.
Dentro de su rutina laboral Orestes no dejaba de retomar lo que recordaba del sueño. Le parecía escalofriante la idea de que fuese real. Tenía una estreches mental enfermiza que lo incapacitaba en el acto de creer y entender aunque poco a poco comenzaba a abrirse mas a la idea de que era posible compartir otra realidad con alguna proyección idéntica a el, que ambos sostenían un vinculo real entre este mundo y aquel… Y tal ves entre otros tantos que escondidos estaban y no habían sido experimentados.
Ya pasaban de las veintidós horas, Orestes caminaba por las calles que habitualmente concurría, esta vez en piloto automático, pues en realidad era solo una coraza de carne lo único que de el restaba en esta orbe.
Regresó a casa, apuradamente tomo su cena y subió a su habitación. Ni siquiera su libro favorito lograba desprenderlo de su trance y fue entonces cuando se rindió y decidió entregarse a sus vivencias de ensueño.
-Siempre soñando despierto carajo, ¿Es mucho pedirte que te quedes aquí como la gente ordinaria? No te entiendo cuando te quejas de aquellos detalles del momento que te pierdes.- Dijo Eva mientras compartía su telescopio con Orestes. Observaban el manto estelar desde la sima de las montañas nevadas. Era una actividad que procuraban al menos una vez al mes en regiones diferentes del país, todo esto pare reanimar al espíritu.
Un puñado de leños secos crujieron al caer repentinamente rompiendo con el silencio nocturno de la montaña.
-Ya no lloren por el frio nenas- Se jactaba Aarón al llegar presumiendo la labor realizada. Había conseguido el combustible natural que les brindaría la oportunidad de cocinar sus alimentos y de cobijarse de la corriente gélida de aquel sitio distante. Dos pájaros de un tiro, como de costumbre.
Eva y Orestes corrieron para asistir al recién llegado con los preparativos de la fogata. No pasaron ni cinco minutos cuando Orestes ya estaba recordando todo lo que había estado visualizando. Calles oscuras, una vida solitaria y un hogar frio al cual le faltaba calor humano. Se veía a si mismo tendido en la cama. Abrió los ojos al sentir las llamas recién nacidas calentando su rostro. Miro a sus compañeros y sonrió.
-Despierta colega, despierta y ven…

martes, 9 de noviembre de 2010

00:21

Los fabricantes de suspenso se alimentan de suspiros genuinos. Se disfrazan entre las sombras para volverse invisibles excepto para sus propios pensamientos. Anotan y devoran con la vista todo lo que a su alcance esta para lograr mimetizar en sus entelequias el ambiente que les rodea pero claro, a su retorcida manera.
Los fabricantes de suspenso no creen mucho en este mundo, prefieren raptar la atención del universo para transportarla a una dimensión donde todo pende de un hilo y todo puede suceder, donde cada día es crucial y contiene un significado que no puede ser desechado cual prescindible pareciese. Tejen situaciones y juegan con la imaginación de aquel que contempla la creación. Reacomodan y destruyen a la vez los conceptos preconcebidos, violan recuerdos y los ofrecen en charolas de plata para ser degustados por extraños famélicos.
Los fabricantes de suspenso adoran vivir en las tinieblas recreativas tan estimulantes que acarician e incitan el áspero contenedor de historias para dejarlas brotar, para dejarlas desbordarse excesivamente y así estas logren carecer de control alguno, pues desean penetrar en mil y un realidades ya sean color rosa o incineradas por amargas experiencias, castas y tan puras o corroídas por la lujuria y el deseo interminable.
Los fabricantes de suspenso te atrapan, te envuelven en indescriptibles secuencias de pánico y placer dejándote a doce cuadras de lo que entiendes.
Y a veces solo escriben por escribir.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Nunca Sucedió

Si las horas pudieran hablar tan solo hoy el parloteo consternado de estas asomaría sin cautela dejos de preocupación, de una ansiedad que carcome y corroe la sensatez. De una ansiedad que solo asecha a quien se considera ignorado debido a su insuficiente capacidad de amarse a si mismo.
Gritarían coléricamente a los cuatros vientos intentando de manera lamentable llamar la atención del único individuo que no se percata aún de la existencia de estas quimeras emisarias de un tiempo que se autoproclama real.
Aullarían de dolor y confabularían entre si insulsas estrategias insólitas para recordarle a ese “alguien” que osa omitir su supuesto transcurso con la intención de hacerle entender que expectantes se encuentran aún, sin ánimos de rendirse.
Inventarían el día y la noche, las estaciones, la vida y la muerte confiando en que tal vez así podrán atraer la atención del sujeto que carece del perdón del “mismísimo” tiempo.
Sin éxito el tiempo reagruparía a su tropa y les pediría prudencia, pues todo indica que han encarado al único que puede ganar la guerra sin haberla luchado, al único que alberga dentro de si un reflejo perfecto de un imaginario exterior que ostentosamente se pavonea al creer que es el quien contiene a pesar de que en los confines de su propio vacio conoce la única realidad. Tiempo y espacio se pondrían de acuerdo. Ordenarían la retirada pues no hay nada más que hacer ahí. No hay nadie, jamás lo hubo.
Tiempo y espacio se retirarían experimentando el sabor de la amarga humillación autoinfligida pues aun no están preparados para desaparecer.

Fin de la obra (El regreso a Casa)

En noches como estas soy todo menos yo.
Le doy forma al destino e invento caminos. Compongo mil melodías y moldeo mil cuerpos.
Escribo guiones y los reparto uno por uno.
Prendo un incienso y me pierdo.
Me pierdo me pierdo...
Me pierdo en mi mundo...
En el mundo que yo mismo he creado.
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En noches como estas soy Todo menos yo.
Tan ensimismado en un papel ficticio me asfixie entre delirios que se tornaban cada vez mas densos.
Me desnudo y abandono el traje de soñador.
Elevo la vista y profundizo en lo eterno.
Retiro los libretos mientras agradezco a todos.
He aprendido de un mundo sin Dios...
Y a conservar la esperanza...

Catarsis

Tan pronto Tyer cerró la puerta y pasó la aldaba la radical transformación recién sufrida borro cada rastro de su inútil civilizada conducta fingida. Dando la vuelta se dirigió a una velocidad endemoniadamente veloz hacia donde  Danai  se encontraba mientras a su paso, con movimientos felinos desconectaba y apagaba cada aparato emisor de luz dejando la alcoba a merced de la oscuridad que ya destilaba pasión antes de nacer.
Tomándole por la cintura salvajemente, apretó el cuerpo de Danai con el suyo al mismo tiempo que ella temblaba mientras desataba su imaginación a niveles jamás antes concebidos. la respiración delicada que sostenía comenzó a desconfigurar su cadencia y paulatinamente se fusionaba con el ritmo de los rugidos nocturnos de su amado bestial. No soportaba mas, sus brazos cobraron vida para explorar con energía apasionada ese territorio que creía conocer perfectamente pero que en las tinieblas siempre algún secreto celosamente escondía.
Lentamente la naturaleza se apodero de ambos, los detalles rojizos afloraron y la noche cómplice de nuevo se volvía para observar en silencio el deleite supremo de la humanidad.
La noche deseaba dejar de ser noche en ese instante. Figuraba en su mente solitaria experiencias feroces que desenmascaraban la índole correcta de aquellos que pretenden ser unos de día para volverse reales en el máximo cobijo de la gran oscuridad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Frenesí Nocturno

Memorias danzantes entre velos de luz de neón se dispersan precipitadamente escondiéndose de toda compañía. Cada farfullo celeste y cálido concierta el himno de las almas desesperadas por revivir pasiones desatadas en vidas pasadas.
Media noche, el licor que intensifica, exagera el deseo ferviente una vez más. Dentro de nuestra habitación que enclaustra secretos profundos y oscuros. La felicidad perdió forma. Se mezcla, se funde con la intimidad y desliza su mano hasta el altar.
No más por favor, no más. El sol esta por llegar…
Caricias ficticias provienen de cosechas antiguas, rostros, cuerpos y voces que desconocen realidad alguna aceptan la invitación innegable de aquellos que les han llamado.
Figuras inanimadas extendidas en la frialdad del suelo y liquidas proyecciones enloquecedoras reciben el calor del nuevo día…
Un calor que será olvidado como el pasado de la dama que se pierde en mis brazos.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La cura de la adicción

-¡Ponle de aquí cabrón!- Matías ahuyentaba con brusquedad a un perro que había tumbado al apoyarse con las patas un tambo de basura metálico que se encontraba en su patio delantero. Se dirigía agitando apresuradamente sus brazos en son amenazador hacia donde el perro husmeaba con el hocico los desperdicios cuando un par de centellantes faros trazaban con su luz líneas rectas que recorrían media calle y aparentemente se aproximaban cada vez más. Un ruido estruendoso de motor alterado acompañaba el avance de las luces.
Matías perdió la razón. Sus capacidades motrices se vieron severamente afectadas por el sorpresivo arribo de sus nada amigables ex colegas.
-¿Jugabas al buen samaritano con tus amigos mientras nos dabas por el culo?- Ese fue el saludo que profirió el primer sujeto que toco el suelo con sus relucientes zapatos italianos. Era el conductor que en ese instante apagaba las luces pero dejaba en marcha el coche.
El perro elevo la vista, enfoco a los hombres que se apearon del vehículo mal estacionado. Luego dirigió la vista hacia Matías que impávido sudaba frio. Regreso el hocico a su lugar.
-Por eso me pudren tanto los adictos que entran al negocio- Dijo nuevamente el mismo sujeto al no recibir respuesta alguna al mismo tiempo que apuntaba con su pistola el rostro pálido de Matías para después con un gesto imperativo apuntar hacia su coche. Sus ex colegas de un modo nada agradable entendieron la señal y se encargaron de depositarlo en el maletero en calidad de mercancía.
Dos golpes con la palma bien abierta indicaron que todo estaba listo. Un rayón de llanta, un motor rugiente y música a todo volumen era la formula necesaria para desaparecer la carcasa metálica segundos después
El perro sin prestar atención alguna siguió buscando su cena mientras meneaba el rabo.

Los niños y las niñas

Curioso. Un niño con aspecto enclenque juega a la guerra. Puedo escucharlo balbucear palabras de odio que de seguro escuchó por ahí. Cuando digo “por ahí” es evidente lo que quiero decir.
-Muere extranjero hijo de puta-
De verdad que lo esta gozando, su risa aun cristaliza ciertos dejos de inocencia que se intoxica paulatinamente con la mierda del mundo.
Curioso. El sitio cubierto de asfalto mugriento y agrietado sobre el cual el niño se encuentra retozando solía ser en otras épocas un bello lago. Era Diciembre y el frio estaba de la chingada aquí pero aun así mi tío nos llevaba después de desayunar a patinar. Era el único hombre de la familia que no se caso y creo que jamás pensó en tener críos. No parecía hacerlo de modo forzado por lo que ahora supongo que era un gran alivio para nuestros padres en aquel entonces deshacerse de nosotros por algunas cuantas horas.
Ahora los niños juegan en el parque de Facebook
Y si los niños salen a jugar, juegan a matarse entre ellos…
Interesante, de verdad.

Afelio

Me pregunto si alguna vez alguien más sintió lo que yo ahora siento. Me pregunto si alguien más estuvo en este sitio antes. Todo tiene un aspecto tan extraño… Como si en tiempos inmemorables la inteligencia de aquellos momentos hubiera edificado una metrópoli tan avanzada solo para dejarla olvidada. ¿Que caso tiene hacer eso? Rodeado de edificios ancestrales con curiosos detalles que aparentemente engendraron el actual concepto “futurista” me eh quedado perplejo. Toda una ciudad abandonada, nadie, realmente nadie mora aquí. Pero lo más importante es: ¿Qué diablos hago aquí? Y ¿Cómo llegue? Esto no se parece a nada que yo halla visto antes. Apenas puedo describirlo con mi anticuado léxico e intelecto restringido. Me limito a caminar tan solo entre colosales estructuras construidas con un material mas solido que el granito. ¿Qué como se que es mas solido que el granito? Bien, no tengo idea, pero es la clase de comparación que alguien suele hacer cuando se percata que algo es realmente solido ¿no es así? Clichés diría yo, me permitiré uno de vez en cuando.
Eh llegado a un punto en el cual no existe retorno. Solo puedo charlar conmigo mismo y eso siempre me pareció extremadamente enfermo pero ahora, no tengo alternativa debo admitir.
Eh morado dentro de esta ciudadela durante tiempo indefinido. Habré de alucinar pero ¿Que otra opción tengo?
La única idea que llama mi entera atención es la que me impulsa a documentar todo. Absolutamente todo. Con redundancias, faltas de ortografía y dos o tres violaciones textuales mas.
Algo aquí me esta drenando, puedo sentirlo mas no verlo. Creo que con sentirlo es suficiente ¿no? Eso me recuerda a una frase que decía: “La realidad no puede ser percibida por lo sentidos” cosa que me espanto por que por obvias razones no lograba (y… Para ser franco aun no logro) entender. Oh pero que diablos, alguna energía vampírica me aborda, puedo estar seguro. No necesito tener algo o alguien sobre mí para saber que me están drenando. Me siento débil, tan débil. Apenas puedo con esta tarea.
Eh llegado a una calle anchurosa, supongo que es la principal. No tengo idea de cómo lo se, solo me dejo llevar por la apariencia y la calidad visual que ofrecen los establecimientos que ahí se encuentran. Los edificios mas sofisticados en cualquier sentido se localizan justo aquí. Estructuras aerodinámicas resplandecientes. Pareciera que están construidos con espejos gigantescos tan solo, pero no es así. El uso de esta clase de piedra tan extraña que simula el cuerpo de un espejo predomina generalmente en los edificios mas ostentosos y en aquellos cuya base es invisible o… ¿Realmente están flotando? Quien sea el dichoso patán que logre dañar aunque sea un poco la fachada reflejante de estos descomunales edificios será acreedor de mi eterno asombro. Lo digo por que ya lo intente y no conseguí hacerle un solo rasguño. ¿Qué por que lo hice? Vamos… lo haría cualquiera tan aburrido, confundido y retorcido como yo al carecer de supervisión… No, no logre nada. Ningún edificio esta asegurado. El paso es libre (al menos a los edificios terrenales si) pero no hay nada dentro. Nada en el interior de los edificios, nada, nada, nada… son solo gigantescos cascarones abandonados, relucientes pero abandonados. No tengo idea del propósito con el cual todo esto fue cimentado, todo esto debió tener un motivo, si, cualquiera lo sabría…
A veces llego a imaginar que la urbe jamás se ocupo, llego a imaginar que aun no es la hora en la cual cobrara vida. Llego a imaginar que aquellos seres que levantaron del polvo esta gran metrópoli aun esperan el momento adecuado para llegar a casa, pero… Son solo patrañas que un desquiciado inventa al esperar un final más fantástico que la fría obviedad del momento. ¿Cómo diablos llegue? Ah, no parare de preguntarlo una y otra vez. Si tan solo alguien pudiera contestarme, alguien… No, yo no cuento (¿Por que no?) Bueno, por que no… (Tan solo un poco, tendrás que conformarte con esto, lo sabes… ¿durante cuanto tiempo? Ni yo lo se… pero créeme, me siento menos gustoso que tu.)
Las puertas que permiten el acceso a cada edificación se abren y cierran por si mismas. Se que no es la gran cosa pero aquí viene lo divertido o curioso. El secreto es que aquí no es igual que en los supermercados o plazas comerciales a las cuales estaba acostumbrado. Descubrí que tengo que imaginar, pensar en ello. Sentir que las puertas se abren solo para mí, de lo contrario solo estrellaría mi rostro una vez más sobre el frio material con el que están hechas.
Pudo ser un científico, un arqueólogo, un… lo que sea que sepa estructurar enunciados con mas clase o diagnosticar eficientemente cualquier situación debido a sus grandes estudios costosos. Pero no, tenia que ser yo. Yo.
Estoy cansado de edificios enormes y vacios, flotantes o con diseños extravagantes que jamás imagine ni creí posibles. Estoy cansado de este cielo gris y la ausencia del viento, es la capital espectral que jamás soñé. Estoy batido por mi propia voz. Mis pensamientos incansables que no me llevan a ningún lado. Solo preguntan, preguntan, ¡preguntan!
Al caminar durante largo tiempo de modo pusilánime llegue hasta lo que parece ser una plaza. Una plaza desolada en cuyo centro sobresalía una enorme pirámide blanca tan lisa que mi propia mirada se escurría al no poder contemplar un punto fijo. Alrededor de la pirámide se encontraba un enorme círculo escarbado en el piso. Si no me equivoco este fue cubierto o más bien, rellenado con el mismo material níveo y pulcro del cual esta conformada la pirámide. Según mi imaginación tuvo que ser liquido antes de llegar a su actual etapa solida y radiante. Jamás había visto un material semejante. Alrededor del círculo simulan “orbitar” otros tres círculos pequeños escarbados para recibir el mismo acabado con mismo material que la figura anterior. En el interior de cada círculo se puede apreciar un símbolo único. No seria extraño el mencionar que jamás había visto tales inscripciones antes. Me pregunto como se vera esto si se contempla desde una perspectiva aérea y si, también me pregunto que significado alberga esta figura compuesta. Seria muy estúpido si creyera que es meramente decorativo, ¿cierto?
No hay arboles aquí, no hay vegetación en lo absoluto… Cuando digo que no hay vida, hablo en serio. La atmosfera grisácea contribuye seriamente a sumergirme en un estado nada placentero. La diferencia entre este sitio y la muerte es que aquí jamás hubo vida, siempre “fue”. Por lo tanto considero un error garrafal llamar a este yermo paraje un lugar muerto. Mas bien, perdido en el espacio, en el tiempo, esperando. Siento a la semilla que será depositada con cuidado en el futuro tan lejos, durmiendo en lo profundo del universo.
Mientras tanto, algo que no puedo ver sigue ahí succionando con fuerza. ¿Cómo? No tengo idea pero no puedo estar tan loco aun, se que esta ahí… si, “ahí”. Jamás fui paranoico o esquizofrénico, lo juro pero es que este sitio descompone a cualquiera, estoy seguro. Si tan solo tuviera la oportunidad de tomar alguna fotografía no lo pensaría dos veces y la anexaría a este documento para que en caso de que logre regresar a casa pueda revelar este extraño hallazgo con el resto de mortales ignorantes. Si, ignorantes por que estoy convencido de que estoy en un sitio más allá de la inteligencia humana. Es por eso que no puedo decir con claridad en donde estoy, como llegue y que es todo esto, nadie lo imagino para mí antes, nadie me lo explico antes…
Deseo dejar de escribir como una victima pero es que ¿existe algún otro estado posible para mi? Como no sentirme participe de una broma cruel en la que yo soy el peón. Bien, sigo el camino, no queda otra opción me temo. Mientras me siento observado.
Encontré otras dos plazas similares a la primera, en estas existían pirámides del mismo tamaño en cuyo alrededor habían inscripciones únicas también contenidas por formas circulares. Estoy seguro que las horas pasaron y no logre percibir cambio alguno en mí alrededor. No alcanzo a ver algún sol, algún satélite, algún cuerpo prominente orbitando en la bóveda cenicienta. Solo tenues destellos desesperados de luz queriendo escapar de una prisión oscura que opaca el firmamento de modo implacable.
No es día, no es noche. ¿Que es esto? Un eterno estado nublado que no engendra esperanza al parecer.
Estoy entre el día que aun no decide nacer y la noche que aun no decide morir.
No, aun no estoy tan mal como para llegar a esos límites, aun no estoy listo para abandonar la esperanza. Sigo investigando, sigo husmeando, sigo creyendo.
No tengo idea de cómo llevar a cabo mis registros, mi bitácora. De cómo organizar mis ideas y hacer esto más entendible, al menos para mí. Si leyera esto con calma en otro tiempo y espacio tal vez no lograría entender ni una simple idea de todo este delirio que intento explicar.
Eh llegado a lo que parece ser la periferia de la metrópoli, puedo ver el horizonte despejado. Lo ultimo que brota de los suelos de esta metrópoli es un sector repleto de capsulas enormes que podrían servir como refugio o como contenedores de… “que se yo”. Lentamente me aproximo para lograr notar que no tienen ni el más ligero velo de polvo cubriéndoles. También puedo notar que había algo escrito en cada uno de los contenedores azulados con forma semiesférica. Pueden ser palabras, nombres, fechas… No tengo idea, pero tan pronto tenga algún modo de reproducir los dibujos los adjuntare al archivo.
Ahora me retiro un poco dando siete extensos pasos hacia atrás para contemplar mejor la escena. Atrás de mí están los monstruosos edificios atemporales. Enfrente de mi se encuentran siete hileras con siete capsulas cada una. Las capsulas curiosamente están a una distancia de siete pasos entre si. Al abrirme paso entre las capsulas note que todas eran idénticas excepto una. La cuarta capsula de la cuarta hilera conserva un rojizo destello espectral. Parece estar construida con un material sublime, desde luego, designada para alguien o algo semejante estoy seguro.
La entrada esta compuesta por dos hojas o puertas tan solidas como el resto del caparazón. Intente abrirlas valiéndome de mis pensamientos como en veces anteriores pero esta vez fue inútil. Cuarenta y nueve capsulas. Pude abrir cuarenta y ocho pero solo me interesaba la unica que no lograba abrir, aquella con un símbolo diferente encriptado en el interior de un disco que se encontraba bien fijado en el marco superior de las puertas.
Llega a mi mente la imagen de las plazas que visite con anterioridad y recordé que había símbolos grabados en el interior de los círculos que orbitaban según el dibujo en el suelo al rededor de la pirámide.
Son tres pirámides, tres círculos mayores y nueve códigos o símbolos contenidos por círculos más pequeños. ¿Todo eso podría tener relación alguna con los contenedores o solo busco pretextos para creer que esto podría ser interesante? No tengo idea sinceramente y me parece muy pronto el hacer conjeturas.
Mientras tanto… Recuerdo lo que se sentía tener una vida ordinaria en un mundo ordinario.

Parsimonioso Triar

En silencio observo mi propia existencia expirar.
Sorpréndeme una vez mas, sorpréndeme antes de partir.
Día a día, minuto a minuto la respiración se ataja y los tentadores reptiles crecientes comienzan a engendrar el horrendo aislamiento.
Sonrio.
Sonrio por que es inevitable, sonrio por que he trazado este camino para peregrinarlo descalzo. Sonrio al asaltar mi propio altar para otorgar todo su contenido a las bizarras banalidades personales que me corroen.
Desacato divino, privación de la cordura, trastorno de los sentidos… es ahora o nunca el momento de infectar y diezmar a las hordas manchadas de negro.
No mires atrás. No mires nuestro hogar que arde en llamas.
Seré yo quien sumerja toda fantasía y esperanza en el sempiterno océano oscuro de incertidumbre…
Seré yo quien acierte al tropezar con un nuevo hogar que incendiar…

Génesis

El ciclo ha llegado a su final y el mundo lo sabe… Es por eso que corren, todos corren.
Parado me encuentro dando la cara al tumulto frenético que amenaza con apisonarme. En repetidas ocasiones algunos incautos que espantados miran hacia atrás colisionan conmigo mientras atónito miro como el cielo se eclipsa bajo el ropón de la noche sintética creada por un cuerpo enorme.
-¿Qué carajo te sucede? Vámonos de aquí. ¿Estás loco?
Si tan solo Fabre me hubiera acompañado. Si tan solo no hubiera corrido como el resto y hubiera soportado conmigo sin tener que huir despavorido de algo que el, la gente… El mundo desconoce realmente.
Y es que siempre es así, los humanos juzgan la obra antes de que el telón se corra.
Yo soy de los que aplauden hasta el final.
Había dejado de fumar meses atrás pero creo que esto merece un maldito cigarrillo.