lunes, 3 de enero de 2011

Emancipación terrenal

Es cierto que todos estamos condenados a ser libres… Hilarante paradoja, sin embargo, la libertad se obtiene al debilitar los grilletes poco a poco para acostumbrar al cuerpo, a la mente y al alma a fundirse en uno solo, recolectando los fragmentos dispersos de nuestro ser que cobraron vida propia en el pasado, logrando así, silenciar la cacofonía que aturde el interior con inquietantes susurros adoradores de lo siniestro alimentados por la cordura.
La libertad debe ser alcanzada sin duda alguna, la libertad no debe ser comprendida pues no es algo que pertenezca a la corte de la razón. Al violar este tratado, el contexto de libertad desaparece para entregar a la entidad pensante una dosis de psicosis que le hará creer en porque es mejor permanecer atado en negros grilletes relucientes para conservar lo poco que conoce a cambio de migajas llamadas “seguridad”.
Tan (des)conocida y fascinante como Dios, nos brinda su mano tan solo cuando hemos averiguado la manera de no buscarle, pues quien busca cree necesitar, desea encontrarse a sí mismo. Aun peor es cuando se busca sin encontrar...
Mentira, la libertad no debe ser alcanzada pues ya somos libres, la libertad debe ser descubierta primero para poder experimentarla. Descubrir algo que siempre estuvo ahí, ahogado en el pozo del inconsciente… Insisto, puede llegar a ser algo perturbador si se pretende comprenderle.
Habrá que aprender a nadar o en el caso de muchos, a bucear, pues es nuestro interior tan misterioso como las proyecciones mentales “externas” comparables en nuestra realidad. Sea la profundidad del océano o la inmensidad de un infinito cosmos un claro ejemplo.
Libre, libre… incluso de mi.

2 comentarios:

Pi dijo...

Hermoso :') me cautivo en verdad!!! Gracias, lo necesitaba!!! n.n

WolfBlood dijo...

muy buena mi hermano