Algunos le llaman la caída del hombre. Otros simplemente ignoran que son controlados silenciosamente a través de métodos insospechados mientras pretenden seguir con sus vidas aparentemente ordinarias.
En mi caso deje de entregar mi ser a las teorías relacionadas con la conspiración o al misterioso cosmos.
Dicen que como es arriba es abajo, que todo es el reflejo perfecto de la máxima ilusión inconsistente que juega en forma de peligroso vaivén imperecedero. Dicen… Siempre dicen.
Mientras miro a las ovejas dirigirse a su tétrico reposo en campos de concentración diseñados para alimentar la paranoia y la misantropía por medios que pudren hasta lo más recóndito del alma, tomo un respiro… Y pienso. Pienso en el momento en el que pierdo el control e inconsciente me vuelvo uno más de aquellos que ciegamente son encaminados hacia el terror y la separación que promete un eterno martirio.
Uno entre millones varado en un agreste suelo mortal he olvidado el camino de regreso. Hablando un idioma indescifrable me muevo con el viento, fluyo como el agua que no posee forma alguna, que imita tan solo al molde que se atreve a contenerle hasta el punto en que el espíritu incontrolable tiende a desbordarse de manera imparable y salvaje revelando su verdadera naturaleza.
Uno entre millones, maestro del disfraz y aprendiz de la humanidad me encuentro aquí, esperando…. Esperando.
Venus… Nada de esto se parece a ti.
Ishtar, seguro aun recorres el infierno dantesco, seguro desnuda te encuentras soportando los martirios terrenales… Y yo habré de seguirte para regresar a la primavera que aceptamos abandonar mientras el invierno nos envuelve en sus celosas alas glaciares.
Algunos le llaman la caída del hombre, por otro lado…
Yo solo le llamo el regreso a casa.
Todo el mundo extraña su hogar tarde o temprano y mi caso no es la excepción, de eso estoy seguro.
Ishtar… Ishtar… No debiste…
En mi caso deje de entregar mi ser a las teorías relacionadas con la conspiración o al misterioso cosmos.
Dicen que como es arriba es abajo, que todo es el reflejo perfecto de la máxima ilusión inconsistente que juega en forma de peligroso vaivén imperecedero. Dicen… Siempre dicen.
Mientras miro a las ovejas dirigirse a su tétrico reposo en campos de concentración diseñados para alimentar la paranoia y la misantropía por medios que pudren hasta lo más recóndito del alma, tomo un respiro… Y pienso. Pienso en el momento en el que pierdo el control e inconsciente me vuelvo uno más de aquellos que ciegamente son encaminados hacia el terror y la separación que promete un eterno martirio.
Uno entre millones varado en un agreste suelo mortal he olvidado el camino de regreso. Hablando un idioma indescifrable me muevo con el viento, fluyo como el agua que no posee forma alguna, que imita tan solo al molde que se atreve a contenerle hasta el punto en que el espíritu incontrolable tiende a desbordarse de manera imparable y salvaje revelando su verdadera naturaleza.
Uno entre millones, maestro del disfraz y aprendiz de la humanidad me encuentro aquí, esperando…. Esperando.
Venus… Nada de esto se parece a ti.
Ishtar, seguro aun recorres el infierno dantesco, seguro desnuda te encuentras soportando los martirios terrenales… Y yo habré de seguirte para regresar a la primavera que aceptamos abandonar mientras el invierno nos envuelve en sus celosas alas glaciares.
Algunos le llaman la caída del hombre, por otro lado…
Yo solo le llamo el regreso a casa.
Todo el mundo extraña su hogar tarde o temprano y mi caso no es la excepción, de eso estoy seguro.
Ishtar… Ishtar… No debiste…
1 comentario:
Hola!
Definitivamente me gusta lo que escribes. Me haré tu fan.
Saludos y que estés muy bien.
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